De un paisaje lacustre a la periurbanización. Atlas socioambiental del Alto Lerma

De un paisaje lacustre a la periurbanización. Atlas socioambiental del Alto Lerma

Por su valor ambiental, histórico y cultural, la Cuenca Alta del Río Lerma es un laboratorio socioambiental útil para estimar la eficacia de políticas socioambientales.

En términos históricos conjuga al mundo náhuatl, al purépecha y al de los indios de guerra. El haber sido parte del Departamento de México hasta su separación como estado, le dotó de una identidad regional que se reclama distinta a la de otras regiones. Desde una óptica cultural, ejemplifica cómo un territorio no solo se estructura, sino que también se transmite. Prueba de ello es el mosaico de sus religiones, pueblos indígenas, lenguas —otopame, purépecha, náhuatl y una casi extinta como la matlatzinca— y los topónimos del paisaje lacustre y montañoso que constituyen un activo cultural intangible.

Su monumental conformación geomorfológica acunó las lagunas del sur —también casi extintas—, dio paso a numerosos estrechos que la unen con las cuencas del Balsas y el Cutzamala y vio surgir el extraordinario complejo volcánico de la fosa de Acambay, que permite el paso hacia el Bajío. Ese entramado de sierras y volcanes no ha logrado contener la extensión de religiones o el tránsito humano en diferentes épocas, en diferentes circunstancias, desde las migraciones del clásico tardío hasta los viajeros pendulares de hoy entre una miríada de ciudades muy pequeñas como lugar de destino.

La estructura administrativa de sus religiones se traslapa, comparte territorios con municipios aledaños y se separa de las áreas de gestión política del gobierno. El énfasis en sus lugares sagrados y edificios icónicos incrementa su rico legado patrimonial intangible. La tradición de migrar del campo a la ciudad se transformó: dio lugar a una migración pendular entre ciudades y trajo consigo religiones no católicas. La prevalencia de enfermedades respiratorias crónicas se relaciona con la emanación de gases producidos por las descargas domésticas e industriales vertidas sin control al río. El incremento —también incontrolado— de viajes en el periurbano aumenta la emisión de ozono que, a su vez, afecta a la captura de carbono de sus bosques y perjudica la productividad de sus cultivos. Frente a este nutrido panorama cultural, intervencio¬nes y procesos desafortunados, como el sistema de trasvase de agua, la construcción de un tren rápido entre Toluca y la Ciudad de México y la periurbanización, ejemplos todos de una modernidad decadente, generan de forma cada vez menos silenciosa un llamado urgente por rescatar la cuenca.

El interés en su papel como proveedora de agua para el consumo urbano de la Ciudad de México predomina desde el estudio pionero de Claude Bataillon en la década de 1960. Poco se conocen, en cambio, los complejos procesos de despojo, venta de tierras y oposición social al proyecto, que logró la suspensión de la cuarta etapa. La construcción del Tren Interurbano Toluca-México se basó en una lógica de conexión funcional entre las dos metrópolis, pero mal responde a posibles efectos sociales y ambientales. La periurbanización desborda ya los límites físicos del relieve y llega a las inmediaciones de Cuernavaca. La cuenca nos envía agua y recibe a cambio un caudal de casas mal paradas y migraciones pendulares.

A pesar de su potencial para solventar disyuntivas críticas para quienes le sobreviven, la Cuenca Alta del Río Lerma ha sido poco estudiada desde una perspectiva interdisciplinaria.

En este Atlas se ensayan dos tipos de explicación científica: aquellas que provienen de las ciencias sociales (geografía histórica, urbana y regional, demografía, sociología, antropología, economía) y de las ciencias naturales (hidrología, geomorfología, calidad del agua, química de la atmósfera). No obstante, para entender esos desbordamientos físicos y sociales es necesario traspasar los límites conceptuales y metodológicos que nos ha im¬puesto el pensar el espacio humanizado en términos de una dicotomía campo-ciudad, que existe ya únicamente en los reportes censales.

Aquí entra la geografía como un espacio natural donde se compendian la episte¬mología, el método y la causalidad, y se crea un aparato conceptual propio. Al mismo tiempo y dentro de los marcos de la geografía, es en el enfoque regional —centro conceptual del Atlas— donde abreva una noción de la territorialidad y la metáfora de la interfase como alternativas al enfoque dicotómico.

No adoptar una mirada amplia sobre los recursos, su historia y espacialidad de la Cuenca, invisibiliza esa riqueza social afianzada en un ambiente lastimado. Ha sido necesario volver la mirada a la interacción de sus pobladores con su medio social y ambiental para narrar, al menos, las mediaciones sociales, culturales o de poder involucradas.

Sirva este Atlas como un homenaje a sus esfuerzos.

Universidad Nacional Autónoma de México
Coordinación de la Investigación Científica
Instituto de Geografía
Coordinación de Humanidades
Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad
Coordinadores: Javier Delgado Campos, Manuel Suárez y Naxhelli Ruiz
Año: 2021
ISBN: 978-607-30-5146-0


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Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad
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