Ciudad de México, 12 de mayo de 2023. “La población de las ciudades del interior de la República Mexicana está envejeciendo y los adultos mayores no cuentan con espacios públicos adecuados para ellos”, afirmó el doctor Oscar Luis Narváez de la Universidad Autónoma de Aguascalientes.

Durante la sesión del Seminario Ciudad habitable para todas y todos organizado por el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC) de la UNAM, el Dr.  Narváez explicó que el Urbanismo Gerontológico es el estudio de la vejez desde la perspectiva urbanista, un fenómeno que aqueja a las sociedades actuales a nivel global y que se caracteriza por el proceso de urbanización y el envejecimiento demográfico irreversible.

En México, las generaciones nacidas antes del año de 1960 han ingresado al grupo de los 60 años y más a partir del 2020. En el año 2000 la proporción de adultos mayores era de 7 por ciento, para el 2050 será de 28 por ciento. Se estima que para 2050 la proporción demográfica de 0 a 15 años será igual a la población de 60 años y más.

En el caso de Aguascalientes, en 2010 había 86 mil adultos mayores y se prevé que para 2030 aumente a 222 mil 865, es decir, 136 mil 810 nuevas personas de la tercera edad, lo que representa un reto complejo para las ciudades, autoridades y ciudadanos, por lo que “necesitamos modificar las estructuras (urbanas) y adaptar los espacios para atender a este gran segmento de la población”, añadió el investigador.

También señaló que las principales dificultades que experimentan los adultos mayores en las ciudades son la movilidad y el acceso a un transporte público adecuado, así como la falta de baños públicos e infraestructura con mobiliario esencial que sea amigable con el adulto mayor.

Las dificultades varían de acuerdo con el género, la edad y el nivel socioeconómico, por lo que se habla de Esferas Vitales, que es un entorno inmediato donde vive la persona mayor que puede ser recorrido en máximo 15 minutos a pie y donde debería encontrar los satisfactorios de su vida cotidiana.

Además, el fenómeno de gentrificación urbana ha provocado la movilización de personas mayores de las áreas céntricas hacia zonas periféricas de difícil acceso, trastocando la situación laboral, de ingresos y empleo de este sector demográfico.   

Por su parte, la doctora Alejandrina Moreno de la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa, señaló que el envejecimiento generacional implica nuevos desafíos y ajustes en las ciudades para adaptarse a la dinámica social, con responsabilidad no sólo pública, sino también del sector privado, del ámbito familiar y social.

Apuntó que el envejecimiento poblacional tiene un rasgo particular en las mujeres, ya que es un segmento con características e identidades heterogéneas. Pese a incrementar la esperanza de vida y la participación en el mercado laboral, la población femenina de la tercera edad padece más disolución familiar, viven la maternidad en soltería y presentan mayores desventajas para acceder y ejercer sus derechos. 

Durante el periodo de 1970 a 1990 existió el bono demográfico, un aumento rápido de la población de jóvenes con capacidad de integrarse a la dinámica productiva, lo cual se vio reflejado en el Producto Interno Bruto. Sin embargo, a partir de la década del 2000 existe una reducción en la pirámide poblacional.

Para 2039 el consumo de las personas de 60 años y más superará el consumo de la población joven, provocando un desequilibrio en la producción y consumo. Para el año 2060 los adultos mayores serán el grupo poblacional más numeroso.

“En la edad adulta, la concentración de estas desigualdades va a generar una carga mayor en la sociedad y dentro de las familias”. Añadió que no se ha visualizado lo que representa el envejecimiento poblacional en términos generales y obliga como sociedad a tener una respuesta y un compromiso con el tema. Finalmente aseguró se debe fortalecer el andamiaje institucional y las estructuras para atender a este segmento de población.