- Ciclo de cine-debate organizado por el PUEC para conmemorar el primer año de la declaración del Día Internacional del Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO
- Se analizó cómo el cine construye significados y representa en contextos urbanos la celebración del Día de Muertos, que es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
- Las ciudades están repletas de expresiones de cultura viva
Ciudad de México, 13 de noviembre de 2024. Es fundamental reconocer y valorar el patrimonio cultural inmaterial, no sólo como elemento cultural, sino como una fuente de identidad que conecta a las personas con sus raíces y sus espacios urbanos, coincidieron especialistas en el ciclo Cine, Ciudad y Patrimonio.
El Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC), llevó a cabo del 4 al 7 de noviembre, este ciclo de cine-debate en colaboración con la Cátedra UNESCO de Investigación sobre Patrimonio Cultural Inmaterial y Diversidad Cultural, en el marco de las actividades de la primera edición del Día Internacional del Patrimonio Cultural Inmaterial, proclamado en noviembre de 2023 por la UNESCO y como parte de las actividades del seminario del PUEC La Ciudad y sus Patrimonios.
En un auditorio del Museo Universum se proyectaron los largometrajes que integraron el ciclo coordinado por la Mtra. Lilia Rivero Weber, del PUEC. Los filmes fueron: ¡Que Viva México!, Spectre, Coco y Apapacho.
Con la proyección de estas cintas y su análisis con las y los expertos, se visualizaron diversas perspectivas sobre la construcción de significados y la representación en contextos urbanos de una de las expresiones culturales de nuestro país más característica: la celebración del Día de Muertos, la cual se encuentra inscrita en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde el 2008.
En conjunto, se puede ver también la transformación y recreación de la celebración a partir de las narrativas cinematográficas foráneas, de distintas épocas y en diversos contextos.
La película ¡Que viva México! (Unión Soviética), explora la cultura mexicana desde la etapa prehispánica hasta la revolución, centrándose en las costumbres y festividades como el Día de Muertos.
El productor, guionista y director Jorge Prior, quien comentó esta cinta de 1932, subrayó: “el énfasis de este ciclo está en cómo los cineastas extranjeros tocan la cultura mexicana; cómo esta pasión o manera de ver la muerte ha cruzado fronteras.” Destacó además, la forma en que las tradiciones y costumbres se han ido modificando históricamente, respondiendo a las transformaciones de los valores culturales de cada época.
Al proyectarse la película Spectre, (Estados Unidos, 2015), que forma parte de la franquicia de James Bond y donde se incluye una escena icónica del Día de Muertos en Ciudad de México, la investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM, Dra. Cristina Amescua, señaló que muchas otras tradiciones fueron en algún momento “inventadas”; es decir, una comunidad las adoptó, las reprodujo periódicamente, las enriqueció y, con el tiempo, se convirtieron en parte central de su identidad.
En este sentido, las tradiciones no son estáticas, sino que se crean y transforman a lo largo del tiempo. De esta manera, la película Spectre propició que el jefe de gobierno de la capital mexicana de ese momento, instituyera un desfile para conmemorar el Día de Muertos. A partir de esta acción, se abrió el debate sobre si dicho desfile podría convertirse en una tradición, ya que, con cada edición, la asistencia ha ido en aumento.
Tradicionalmente, las prácticas culturales se han asociado con espacios rurales y comunidades indígenas; sin embargo, las ciudades también están repletas de expresiones de cultura viva.
Finalmente, Amescua, quien también es directora de la Cátedra UNESCO sobre Patrimonio Cultural Inmaterial y Diversidad Cultural comentó que, la industria cinematográfica ha reconocido la necesidad de generar contenido con anclajes locales para no perder audiencia, adaptándose así a las demandas culturales contemporáneas.
El largometraje animado Coco, producido por Disney-Pixar en 2017, narra la historia de un niño que viaja al mundo de los muertos en busca de sus ancestros. Este filme permitió reconocer la importancia de proteger el patrimonio cultural inmaterial, así como de registrarlo en la Lista Representativa de la UNESCO.
El Dr. Juan Domínguez, investigador del CRIM, comentó: “la manera en la que concebimos el mundo es, en cierta medida, la manera en la que lo construimos; las ciudades, en este sentido, reflejan nuestras ideas sobre el mundo". Esta reflexión se vinculó con la representación que hizo Disney del lugar donde habitan los muertos, caracterizado como una gran ciudad tecnificada.
Las prácticas culturales no solo conforman nuestra identidad, sino que también han sido revitalizadas y difundidas globalmente gracias al cine. La película tuvo impacto en la práctica de montar altares en distintos lugares del mundo, y en Morelos, por ejemplo, los niños han comenzado a retomar la tradición de colocar ofrendas en sus hogares.
Por último, la cinta Apapacho, (Canadá-México, 2019), narra la historia de dos hermanas que viajan a Oaxaca para participar en la celebración de Día de Muertos tras la muerte de su otra hermana. La Dra. Isis Saavedra, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco, recalcó el alcance de que estas tradiciones tengan una perspectiva del exterior, generando una globalización de la cultura y las tradiciones, y enriqueciendo tanto a los nacionales como a los extranjeros.
La especialista en el estudio del cine y la imagen con enfoque de las ciencias sociales precisó que, estas películas fomentan la reinterpretación de las tradiciones, ya que permite a las personas reforzar su forma de vivirlas.
Inauguraron el ciclo el director del PUEC, Dr. Javier Delgado; el director de Divulgación de las Ciencias de la UNAM, Dr. Manuel Suárez Lastra; la Mtra. Lilia Rivero Weber, coordinadora del ciclo, PUEC UNAM, y el cineasta Jorge Prior.